
Entrevista a Frederick MacKay,
personaje de “El Señor Teckel”
(La entrevista tiene lugar en el avión del magnate Frederick MacKay. Descripción del jet privado. Decoración en caoba, retratos del filántropo presidiendo algunas de sus fundaciones benéficas, que inaugura día sí, día no. En el momento de la entrevista nuestro personaje está almorzando con cubertería de oro y vajilla de Sevres, unas salchichas regadas con copioso ketchup junto a unos huevos cargadísimos a lo Kentucky.
Frederick MacKay es el fundador del Mercapanteísmo, doctrina que predica cómo alcanzar la salvación eterna a través de la compra de los productos MacKay. Nuestro hombre luce una inmensa sonrisa porque, tal como le recomendó su maestro Augustus de Bonus, “tres sonrisas valen más que una y una más que ninguna”. Cuando
BG. ¿Qué opina del Señor Teckel?
FM. Fue uno de mis más fieles colaboradores, un empleado modelo. Siempre tenía los ojos puesto en el suelo. Era un gran tipo con miedo a las alturas. Nadie sabía de dónde venía. Su llegada a la oficina despertó gran expectación, porque le precedía su fama de conquistador. Aunque por su facha nadie lo diría: era viejo, calvo y un poco baboso. Se le achacaron unos amoríos con una pervertida franchuta, el caso es que se esfumó de un día para otro y nunca he vuelto a saber de él.
BG.¿No era un poco gris? Uno de sus empleados, que no ha querido revelar su nombre, dijo que era un tipo anodino, y que el señor Teckel debería titularse El señor MacKay, ya que usted sí que es un personaje de una sola pieza, digno de figurar en las antologías de los grandes hombres.
FM. (Halagado) ¿Cómo ha dicho que se llamaba el empleado?
BG. No lo he dicho.
(MacKay expresa contrariedad, se produce un silencio embarazoso.)
BG. (Carraspea) Continuemos. Se ha especulado con la posibilidad de que usted se presente a la dirección de
FM. El primero es un pájaro de mal agüero que se presenta con el rimbombante nombre del Gran Piscator de Salamanca. Nos sobran agoreros y adivinadores. Lo que requiere una institución tan compleja como
BG.¿Qué proyectos tiene para
FM. No puedo hablar sobre el tema; sólo le puedo adelantar que pienso hacer unas reformas radicales que harán que nadie reconozca a esta institución.
BG. ¿No es un poco arriesgado?
FM. Como usted sabe pertenezco al Club de los Negocios Lunáticos (ríe), si no fuera por mis empresas nada razonables no habría llegado a la cumbre. Ya verá, ya verá, usted no dará pábulo a sus ojos.
BG. ¿Qué opina de Joaquín Huguet, el oscuro autor de algunos manuscritos?
FM. (Enfadado) No sé quién es ese señor. Si es alguien, ¡qué se atreva a dar la cara! (Da un puñetazo a un enemigo imaginario)
BG. Una última cosa. Ese mismo empleado, que siente gran admiración hacia usted, dice que Frederick MacKay es de los personajes que dejan huella. ¿Qué opina al respecto?
FM. (Modesto) Aún es pronto. El tiempo lo dirá o, como diría mi amigo Bonaparte, la historia me juzgará.
El Club de los negocios raros:
De castillo obsoleto a lujoso
bloque de apartamentos...
El anticuado castillo de Tarinenburgo, ha sido convertido por


.... en lo que era el patio del castillo, en el que se levantaban
Antes