¿Quién es nuestro autor?
¿Por qué se volvió invisible?
¿Cómo se afeita?
¿Por qué la tiene tomada con
el pobre Herbert?
El testimonio de los personajes

Perfilando al hombre invisible
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El hombre invisible perfilándose a sí mismo |
Planeta zodiacal: Alfa Centauro.
Lema enigmático: el primer hombre y ninguno (Primus hominem et nemi- ne).
Localidad: la Ciudad Desaparecida.
Barrio: La Alborada del Río Perdido.
Profesión: Vivir del aire. Sus gastos son módicos. No gasta en ropa ni en peluquería, apenas come y tampoco bebe.
Vivienda. Le basta muy poco espacio para vivir.
Aficiones: pasión por el ocultismo, talento sobresaliente para aparecer y desaparecer a discreción. Le encanta desvelar misterios y al mismo tiempo vivir en el misterio; toda su vida está impregnada de una neblina que lo cubre de oscuridad.
Su mayor obsesión: crear un mundo invisible.
Su mayor ilusión: escribir una obra maestra invisible. Hemos de reconocer que lo está consiguiendo con creces.
Los anatemas del Padre Colleja: la acusación contra el hombre invisible.
El Homo Absconditus (el hombre que se esconde).
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El padre Colleja, exorcista |
Hemos visto como nuestro autor permanece invisible y, sin embargo, irrumpe por sorpresa, como si fuera un fantasma, ante sus aterrorizados personajes. El padre Colleja, exorcista colegiado, fue quien lo expulsó del palacio de la Ópera cuando acosó a la señora Hutchinson. Él lo considera uno de lo peores criminales. ¿Por qué? Porque sólo Dios tiene derecho a esconderse. ¿Quién si no el diablo se atribuye cualidades propias de la divinidad? Ese Homo Absconditus es un demonio. En De Invisibilibus Animantibus (el Libro de los Seres Invisibles) se menciona a este espíritu maléfico. ¿Por qué no en la Biblia? Porque es el nombre secreto de Belcebú. De la misma manera que no se debe decir el verdadero nombre de Dios, tampoco se puede mencionar en voz alta el verdadero de Satanás. Este hombre actúa como Dios. Permanece oculto en su cómodo retiro y da unos golpes de efecto de vez en cuando, preferentemente los fines de semana, para que los demás sepan que existe (Homo absconditus ex machina). Por lo demás está tan escondido que es como si no existiera. El título mismo de este apartado- el Misterio del Autor Invisible- es un insulto al mismísimo creador; es como si lo hubiéramos titulado el Misterio del Dios Desaparecido. Es por eso por lo que utilizamos nombres figurados para acercarnos al escurridizo personaje como el hombre invisible, el hombre sin rostro, Fantomas, el fantasma de la ópera, el hombre de la otra esquina, meras aproximaciones que no dan la medida de su malignidad.
Primer cargo: el hombre invisible hace desaparecer todo lo que tiene cerca.
Por su terrible habilidad fue llamado uno de los siete jinetes del Apocalipsis. Nuestro autor volatiliza todo lo que se le acerca o es cercano. Lo que explicaría la misteriosa desaparición de algunos edificios e incluso- ¡tan grande es su poder!- de algunos accidentes geográficos. ¿Un palacio desaparecido, el de Ripalda? ¿Una estación, la de Aragón? ¿Un río perdido? ¿Tiende nuestro personaje diabólico a deshacerse de todo lo que tiene cerca? La estación, el palacio e incluso el río estaban a un paso de su casa. Es difícil de creer que estas desapariciones sean una mera coincidencia. ¡Mucho cuidado en su barrio! Es un hombre peligroso, una especie de atractor magnético que va tragándose todo lo que tiene alrededor. ¿Es culpa de su vehículo? Aquí vemos al presunto culpable sentado en su máquina último modelo (no se le ve, claro, porque es invisible).
Segundo cargo: es culpable de la crisis mundial.
JH es el culpable de la crisis económica mundial, una crisis que no se ve y que no existe. El mundo no está en crisis sólo está desacelerado. ¿Y no le viene bien frenar ese ritmo tan frenético? Como puede vivir en cualquier sitio, en todas partes y ninguna, no necesita vivienda. Se rumorea que varias boutiques quebraron porque éste puso de moda a los hombres invisibles. Las zapaterías se degradaron en alpargaterías y las tiendas de moda en mercería con venta de batines al por mayor. Las ópticas sí que prosperaron gracias a él. Resulta difícil ver con ojos invisibles. Como no necesita ropa, las tiendas han cerrado... así sucesivamente por culpa de una corte de hombres invisibles todos los negocios están quebrando. Todo se arruina por sus artes ocultas: el dinero se vuelve invisible, las viviendas son innecesarias porque apenas son visibles... ¿No es la mayor parte del cosmos invisible? Algunos inquilinos imaginativos pueden argumentar que su casa cuenta con veinte metros visibles y más de seiscientos invisibles. ¿Y quién les va a llevar la contra? Al dejar correr nuestra fantasía se ha producido una especulación que nos ha llevado a la bancarrota.
Las pruebas de la acusación
Hasta el día de hoy el acusado siempre ha sido visto- ¿visto?- en batín, zapatillas y gafas oscuras. En contadas ocasiones lleva gabardina y sombrero, aunque siempre los mismos, lo que no basta para que las tiendas de ropa sobrevivan. Veamos a continuación una serie de fotografías que avalan nuestra declaración:
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Hombre invisible 1 |
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Hombre invisible 2 |
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Hombre invisible3 |
Total: 3 batines y 2 gafas!, ergo...
el origen de la crisis...