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domingo, 17 de febrero de 2013

Me llamo Putin, Vladimir Putin, y soy ruso.

La  vieja  guardia roja ha adelgazado y se ha puesto en forma. Mientras los antiguos camaradas tenían la estampa de una mesa de camilla, a tono con las orondas estatuas del régimen, la llegada de la democracia a Rusia significó que un funcionario de la KGB, decano de las virtudes soviéticas, abandonara esa imagen estática y se convirtiera en un émulo de Superman.
Los presidentes estadounidenses se mantienen atléticos; por unas libras de más o una sonrisa a destiempo pueden perder las elecciones. Los líderes soviéticos, salvo Gorbachov, estaban obesos y desconocían el lenguaje de las masas. Las puestas en escena a lo Eisenstein  ya no se llevan y ni siquiera Lenin, con esa pose mayestática a lo Napoleón, embelesaría hoy a los rusos. Putin ha aprendido de los países occidentales el arte de la seducción, y el director del acorazado Potemkin ha cedido el testigo a Ian Fleming, autor de James Bond. Este, como su antepasado Sherlock Holmes, exhibe mil caras. No obstante, el agente británico supone apenas un punto de partida para el líder ruso, no su meta. Sin abandonar su cara de palo, robocop Putin acomete hazañas que sobrepasan al inglés y al mismísimo Superman. Y es que, como el zar Pedro el Grande, que se inspiró en la Europa de su tiempo para San Petersburgo, Super-Putin acrisola lo mejor de cada héroe occidental. Veamos algunas de sus gestas, dignas del Guinness del folletín decimonónico. Con un dardo narcotizante salvó a unos periodistas del ataque de un tigre, en una escena censurable en la Rusia soviética por sus reminiscencias coloniales (¿Indiana Jones o Kim de la India?) Descubrió unas ánforas griegas en el fondo del mar (¿Indiana Jones otra vez o Sabú?) Alcanzó los 240 kilómetros hora en un coche fórmula uno (¿James Bond?) Se sumergió en el lago Baikal para medirse con sus gélidas aguas (¿Tarzán de la tundra?) Condujo personalmente un avión apagafuegos en la oleada de incendios de 2010 para acallar a los ecologistas de pacotilla (¿Superman o supergreenpeace?) Campeón de Judo (¿Bruce lee? ¿Chuck Norris?) Virtuoso del piano en una gala benéfica (¿Rubinstein?) Y, por último, en un emotivo homenaje al anuncio de Marlboro, se paseó a caballo con el torso desnudo por la república rusa de Tuvá para rendirse finalmente ante un ejército de hermosas y jóvenes patriotas. ¡Qué menos! Los héroes también se merecen el descanso del guerrero.      
Sarkozy cautivó a su pueblo con un romance que sacudió los corazones galos. Los rusos, tras siglos de adormecimiento entre tumbas y héroes alcanforados, no son tan sentimentales y desean acción a puñados en los escenarios más variopintos. Se diría que Putin quisiera recuperar para su público el exotismo de los paisajes de la Unión Soviética, sustituyendo el cuadro trasnochado de los koljoses por los de las novelas de aventuras a lo Miguel Strogoff.
Gorbachov inauguró una democratización de Rusia que admiró a los norteamericanos; pero solo Putin ha sabido ganarse a la Casa Blanca hasta situarse como uno de los suyos, pese a sus intereses contrapuestos. Paralelamente se ha operado en la fisonomía del mandatario ruso una metamorfosis. Sus rasgos se han ido moldeando hasta asemejarse al héroe al que deseaba emular, Daniel Craig, el último James Bond. Me parece escuchar su tarjeta de presentación a su llegada al Capitolio, su guinda como superhéroe tras culminar sus hazañas: “Me llamo Putin, Vladimir Putin, y soy ruso”.


4 comentarios:

  1. Amigo, Huguet, qué inconsciente eres... Y qué gracioso, también; lo malo es que lo primero se debe a lo segundo. Ian Fleming se inventó su 007 sin ningún problema para su salud, pero tu perfil de Putin obvia las consecuencias del pasado del héroe en la KGB, aunque -lo reconozco- la fotografía que has elegido para cerrar el artículo parece apuntar lo contrario, pues suma iconográficamente al texto el corolario inevitable: "Me llamo Putin, Vladimir Putin, y soy ruso"... "y si no te gusta te meto una hostia, capullo". En fin, tienes suerte de que "La Biblioteca de Gotham" no se lea mucho por Rusia, que si no...
    Pero, qué digo... Acabo de ver que entre tus seguidores tienes un tal Alexander Rasdorskii bastante sospechoso.

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  2. Le felisito por el articulo, señor Joaquín.

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  3. Hola, Joaquín. Te adjunto el titular y el enlace de una noticia que rubrica perfectamente tu artículo.
    Un saludo.
    "Putin calmó a un cachorro de leopardo que atacó a unos periodistas"
    http://rusiahoy.com/noticias/2014/02/04/putin_calmo_a_un_cachorro_de_leopardo_que_ataco_a_unos_periodistas_36973.html

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