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martes, 12 de julio de 2016

Oxforbrigde. El teatro de las maravillas 6.

6. El Libro de torturas del faraón.


Urgía exorcizar al fantasma. La fortuna premió la perseverancia del equipo directivo. En la tumba de Usthiasuk desenterraron varios instrumentos de tortura: la palmatoria, la vara, la regla de roble macizo y la correa con púas. Junto a estas evidencias, el descubrimiento de El Libro de torturas del faraón vino a refrendar que el antiguo director se inspiraba en la Divina Comedia para martirizar a sus víctimas. La obra era tan extraordinaria que la doctora Cárdenas la reeditó para que fuera del dominio público. Veamos una reseña de la misma.

“No apto para cardíacos.”
La Tribuna

“El contenido de este libro puede herir gravemente su sensibilidad.”
El Heraldo del Progreso

“Mas de  diez millones de ejemplares vendidos… Miles de lectores condenados a no conciliar el sueño  durante el resto de sus vidas.”
Farbes.
Vlad Usthiasuk 
El  libro de torturas del  faraón 
Las últimas excavaciones arqueológicas en Oxforbridge nos han descubierto un mundo fascinante y cruel: el del antiguo y tiránico director Usthiasuk, conocido popularmente como el faraón. Durante mucho tiempo el contenido de este libro se consideró tan duro que no se atrevieron a publicarlo, porque describía cómo se vivía en los oscuros tiempos del faraón. ¿Cuánto era el dolor que los pobres alumnos eran capaces de soportar? Si usted ha soportado los relatos de Lovecraft, Poe o Machen esta obra le resultará aún más terrorífica. El Libro de las torturas de Usthiasuk: un libro pesado con un armazón de hierro forjado que se cerraba a cal y canto. En él, Usthia-suk anotaba el tormento reservado a cada una de sus víctimas: alumnos y profesores díscolos. Su contenido es tan horroroso que no nos sentimos autorizados a divulgar los detalles porque pueden herir la sensibilidad del lector, aunque se rumorea que los suplicios están inspirados en la Divina Comedia y el código de Hammurabi. Oigamos a un testigo que no quiere revelar su nombre por temor a represalias: “En la tumba de Usthiasuk, una vez al día un rayo de luz se filtra por las paredes, ilumina al faraón y este se reaviva por unos momentos: su rostro se enciende, sus ojos punzantes brillan y su cuerpo se pone en movimiento, o al menos eso dicen cuentos de viejas. Muchos testigos aseguran que el viejo director no murió y que se aparece por las noches a los alumnos y orientadores desprevenidos para darles algún que otro susto.”

Con El Libro de torturas del faraón desprestigiaron a Usthiasuk. Mas, ¿bastaba esto para conjurar al fantasma? Llamaron a un exorcista y, dos días más tarde, lo expulsó del zooinstituto para siempre.

– Doctora Cárdenas, quiero presentarle al descubridor del Libro de torturas del faraón – dijo el profesor Magoo –. Es uno de nuestros colaboradores: el doctor Tuhmahul.
– Es un placer conocerle, doctor. No sé qué habríamos hecho sin usted. Me encantaría invitarle a la presentación de mi próxima obra.

– Con todos mis respetos, doctora –le interrumpió Magoo –. Se me ha ocurrido una idea mejor. El doctor podría ser uno de los protagonistas de la ceremonia.