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lunes, 2 de mayo de 2011

UN PERSONAJE INFILTRADO EN LA SGAEX LE QUITA LAS TELARAÑAS A UNO DE SUS MIEMBROS MÁS AUGUSTOS


La SGAEX, indignada, propone que

inhabiliten al autor incompetente

¿Un aborto de un sueño trágicamente interrumpido o el fruto de una mala digestión? Un perturbado sin identificar irrumpió en el sancta sanctorum de la SGAEX (Sociedad General de Autores Extraterrestres), cuando varios de sus ilustres representantes estaban reunidos a la hora de la siesta. El lunático llamó “papá” a varios de los presentes, pero nadie quiso asumir la paternidad de hijo tan agraciado. ¿Paternidad compartida como en las islas Trobriand, donde el mar- y nadie en particular- es el procreador de todas las criaturas? “No- dijo el presidente de tan docta institución- si yo hubiera tenido un hijo así me acordaría y me apuesto la peluca a que mis colegas también” (lo que fue corroborado por los demás asistentes). Todos los indicios apuntan a un niño prodigio, pues al igual que la prudente Atenea, diosa de la sabiduría, éste ha nacido de un dolor de cabeza de su misterioso creador o creadora; lo que complica notoriamente las cosas porque, ¿quién no ha tenido una jaqueca alguna vez? ¡Cualquier migrañero irresponsable puede haberlo engendrado a traición! No se sabe si el lunático es un personaje, una persona o un chichón con forma humana. El doctor Krakauer ha diagnosticado que el paciente sufre del Síndrome de Autoría Múltiple por lo que ignora dónde comienza el autor y dónde termina el personaje, lo que le ha provocado las malformaciones en el cráneo. El sujeto continuará buscando un hogar hasta que encuentre un libro en el que guarecerse o un creador al que llamar padre. Por desgracia, este incidente no ha sido un caso aislado. Unos días mas tarde, a la hora sagrada de la siesta, se coló en la sala de juntas un personaje emancipado de la novela el señor Teckel que no se limitó a matar el polvo, sino que le quitó las telarañas milenarias a uno de los más augustos miembros de esta institución. La lunática, de nombre Señora Pale, ha sido ingresada en una casa de locos. Todas las sospechas apuntan a un autor invisible que ha originado una migraña colectiva que amenaza con convertirse en una epidemia.


¿Cómo comenzó esta epidemia?

¿Cuándo los personajes empezaron a salirse

del cuadro?

Conozca toda la historia con la

primera entrega de la novela

El Señor Teckel

5 comentarios:

  1. Empiezo a pensar, amigo Huguet, si tu novela "El señor Teckel" no tendrá efectos tóxicos secundarios. Que es adictiva ya lo sabía desde hace tiempo, y que debería estar prohibida en cualquier institución seria, también, en especial en los institutos. Pero empiezo a sospechar que detrás de su lectura -y esto es algo que me tiene muy intrigado- hay algún narcótico de tipo alucinógeno. Las pruebas que vengo recogiendo son numerosas, y a ellas se suman ahora las ilustraciones que acompañan este artículo y el artículo mismo. Ya te advertí en una ocasión que como te atrevieras a lanzar "El señor Teckel" al cibermundo denunciaría tus artimañas y exigiría una fajita de color rojo con una calavera y la leyenda "peligro: tóxico muy adictivo". Que lo sepas, pues: no te pierdo de vista, Huguet. Te vigilo.

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  2. No me extraña que el señor Signes le vigilé, don Joaquín, hay algo turbio en este caballero. Me gustaría hablarle sobre El Señor Teckel, pero a día de hoy no la he leído y es hacia usted oprobio inconfesable.

    Bien, ha dejado usted un comentario en mi blog que sin cobas definiré como enormemente interesante, brillantemente redactado y bien documentado. No tengo mucho que oponer, aunque insisto -como le dije al propio Signes y a otro interlocutor- que, leído todo el artículo, resulta difícil creer que el título refleja mi verdadero estado de ánimo. Vamos, que no odio a los ingleses, por la misma razón que no odio a los de Soria: simplemente no los conozco a todos, y de los que conozco, algunos me caen bien y otros mal.

    Sí me gustaría introducir un matiz. Los ciudadanos de la UK tienen una tendencia históricamente muy asentada de referirse a "los continentales" como si le fueran ajenos. El imperio queda ya muy lejos y el Canal de la Mancha no es tan grande. Uno puede ser lo que le dé la gana y hacer lo que crea más conveniente con sus relaciones exteriores y sus monedas, pero el modelo neoliberal que ha determinado el actual desorden en Occidente se diseñó en Wall Street y en la City. Ese modelo, vendido como garante de prosperidad, es enemigo del Estado del Bienestar, que ha sido santo y seña del eje franco-alemán del último medio siglo. No creo que alemanes y franceses sean más generosos o menos interesados que los británicos, lo que creo es que el tipo de sociedad que han construido es envidiable y que merece la pena subirse a ese carro y arrear en la misma dirección.

    Yo también le vigilo.

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  3. 1.Me consuela tener dos vigilantes a falta de uno ¿o es una hidra de dos cabezas? En el “Bestiario” medieval hay un león que no duerme nunca. “Cuando el león duerme en su guarida velan sus ojos, pues están abiertos. Y en el Cantar de los Cantares lo atestigua Salomón diciendo: Yo duermo, pero mi corazón vela. Al parecer, lo que ocurre en realidad es que abre un ojo de vez en cuando, o tiene los ojos entreabiertos, dando la impresión de que ve.” El Fisiólogo p. 137-139. Así pues, Ricardo, aunque pienses que estoy delirando por alguna sustancia psicotrópica, mi mente –gracias a una escalera de Jacob particular que me sirve de vehículo entre mis fantasías y la realidad- está presente en este mundo. Con un ojo cerrado se deja llevar por su imaginación; con el otro, vigila que la realidad no se le desmande demasiado y altere la placidez de su sueño.
    2.Estoy encantado de tenerte por aquí, David. Esta es una de las maravillas de internet, que en una suerte de espacio- tiempo puedes dar un salto y atravesar la Cueva de Montesinos en singular alquimia para alcanzar la Biblioteca de Gotham. Bromas aparte sobre identidades irresolutas and God save England, con pastel de bodas de William y Kate incluido, comparto tu animadversión al neoliberalismo, pero prolongar esa antipatía hacia un pueblo- al que por cierto, tampoco adoro- me parece, o tal vez fue mi interpretación, uno poco excesivo. Te pondré un ejemplo más flagrante. Daniel Barenmboim ha bregado en Israel para poder interpretar a Wagner. Es conocido el antisemitismo de Wagner y el uso indiscriminado que hizo el nazismo de su obra, pero eso no justifica el borrar del mapa la cultura alemana del diecinueve – por no citar la inglesa y francesa, que contribuyeron también al surgimiento del fascismo-. Decía Leonard Bernstein –judío neoyorkino- que los himnos nazis-, si le quitabas la letra, eran buen música. Leonard Cohen, por el contrario, tiene hermosas letras y música insufrible. ¿Tenemos que renunciar a la cultura alemana por su contribución al fascismo? Como filósofo que eres, ¿dejarás de leer a autores de lengua alemana porque grano a grano crearon desde su plácido mundo académico el totalitarismo? ¿O debo dejar de escuchar música alemana porque ese pueblo creo un engendro como el nazismo? El otro día escuché “la Flauta Mágica” en inglés: una y no más; volveré al alemán, como el judío Canetti.

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  4. ¡Vaya, Montesinos! Conque no solo no nos ahorras el comentario serio con que amenazabas en tu Cueva, sino que lo haces de estrangis en esta Biblioteca... Lo tuyo son prácticas de contrabandista, amigo. Tienes suerte que el titular de este blog sea una persona tan paciente, que si no..., ahí te mandaba yo a los de la SGAEX a merodear por tu blog, y entonces a ver cómo te las apañabas con esa tropa. ¡Pues no nos íbamos a reír ni na!

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  5. Te equivocas, amigo Signes. No era nuestro contertulio quien hablaba por esa boca, sino el Montesinos apócrifo, abducido por el encantador don Melindrón, el que se sale de los libros para darse un garbeo por otras bitácoras y hacer vida social entre las líneas de otros post. No, el caballero Montesinos sólo puede pagar su falta con su sangre (¿virtual?) En caso contrario, lo sentencio a la lectura día y noche de las entradas de este blog, y lo conmino a que si persevera en su felonía lo condenaré a la lectura íntegra de "El Señor Teckel" (puntos y comas incluidos, para regocijo del sabio don Senabrión). Sólo así le perdonaré el agravio. Y vaya con cuidado el susodicho caballero, porque ya soy ducho en socorrer a damiselas en peligro, como bien pudo comprobar en su anterior post sobre la boda de Kate y William. Y mi florete no está enrobinao, sino muy afilado, afilado...

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