Ricardo Signes dijo: Hay algo hipnótico en las imágenes que adornan tu blog, y muy especialmente en las que se refieren a tus novelas. No sé..., empiezo a pensar que hay algo peligroso en todo esto. La portada de "El Señor Teckel" presenta a un personaje huyendo del cuadro -o de la novela-, pero he de avisar aquí a todo el que se atreva a leerla que ¡es falso! ¡Mientes, Huguet! Y lo sabes. De tu novela no sale nadie, y menos indemne. Es justo lo contrario: te atrapa como una tela de araña y no hay manera. En la imagen de un artículo anterior te reías de nosotros con una alusión a ese insecto. Y respecto a "Sombras de cristal" reclamo ahora mismo que pongas en el libro una solapa prohibiendo su lectura a personas sensibles e impresionables.
En la entrada de la Biblioteca se advierte de una maldición: "¿Te atreverás a profanar la Biblioteca de Gotham? Su fundador levantó sus muros conjurando a las huestes infernales y, como castigo, estos espíritus diabólicos fueron condenados a vivir en el polvo de los libros hasta que algún lector incauto los resucite de entre las líneas en que estos yacen por toda la eternidad."
Ricardo Signes dijo:
ResponderEliminarHay algo hipnótico en las imágenes que adornan tu blog, y muy especialmente en las que se refieren a tus novelas. No sé..., empiezo a pensar que hay algo peligroso en todo esto. La portada de "El Señor Teckel" presenta a un personaje huyendo del cuadro -o de la novela-, pero he de avisar aquí a todo el que se atreva a leerla que ¡es falso! ¡Mientes, Huguet! Y lo sabes. De tu novela no sale nadie, y menos indemne. Es justo lo contrario: te atrapa como una tela de araña y no hay manera. En la imagen de un artículo anterior te reías de nosotros con una alusión a ese insecto. Y respecto a "Sombras de cristal" reclamo ahora mismo que pongas en el libro una solapa prohibiendo su lectura a personas sensibles e impresionables.
En la entrada de la Biblioteca se advierte de una maldición: "¿Te atreverás a profanar la Biblioteca de Gotham? Su fundador levantó sus muros conjurando a las huestes infernales y, como castigo, estos espíritus diabólicos fueron condenados a vivir en el polvo de los libros hasta que algún lector incauto los resucite de entre las líneas en que estos yacen por toda la eternidad."
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